Un yanqui en la corte del rey Ignacio
Escuchar a un político hablar de corrido sobre Ortega y Gasset no es muy frecuente en estos tiempos de consignas impuestas y aclamación partidista.
Así que cuando un observador imparcial, o un periodista, que no es lo mismo, oye al secretario de Estado, José María Lassalle Ruiz, decir que “invertir en cultura es apostar por el futuro”, o que “Ortega vivió de su trabajo y de su sabiduría y que España es el problema y Europa la solución” uno tiene que armarse de tiento y prudencia e investigar quién es este señor, con un difuso parecido a Woody Allen, sin corbata, que suelta a toda la audiencia en la inauguración de una biblioteca que “la democracia es el gobierno de la ley y el depósito del humanismo, que es importante escuchar, tolerar a los demás, y sobre todo, compartir los libros”, o que “el libro, el conocimiento es el mejor legado que se puede transmitir a los niños” se queda confuso porque no le cuadran los esquemas.
Y va el secretario de Estado, señor Lassalle y continúa diciendo que “Ortega, por asumir su compromiso ético abandonó la política, decepcionado, para seguirla desde la universidad, que fue un militante en el partido de la tercera España, la de los que se fueron al exilio, que Ortega no quería tener complicidades ni con la barbarie de unos ni con la barbarie de los otros”.
Así que el periodista ese, el imparcial reflexiona y le pregunta al secretario de Estado, señor Lassalle –qué hace un profesor como usted en un gobierno como Wert. Y el señor Lassalle, fino estilista del dribling va y le suelta que “yo me encuentro muy a gusto con el compromiso del Gobierno, contribuyendo con el acervo cultural de la nación”. Y el señor secretario va y responde al grupo de periodistas que le rodean que “ha sido una legislatura muy compleja, en la que hemos desarrollado la Ley de la Propiedad Intelectual; y que en un año se conseguirá la erradicación de la piratería intelectual; y que hemos conseguido equiparar el régimen jurídico de la Biblioteca Nacional con el del Museo del Prado. Eso a pesar de que la Secretaría de Estado de Cultura es muy pequeña, y que cuando pasen los furores electorales el ciudadano verá que ha sido razonable la gestión cultural que se ha realizado desde esta Secretaría.
Que el mecenazgo, el micro-mecenazgo facilitará una revolución cultura, porque el que invierta en cultura 150€ podrá desgravarse el 50% de lo invertido; y que la cultura no tiene paternidades, que la cultura es patrimonio de cada uno y que la cultura articula la vida civilizada, que ayuda a superar las diferencias”. Al final, el periodista descubre que el señor secretario Lassalle, que se define como liberal es doctor en derecho por la Universidad de Cantabria, sobresaliente cum laude, y bueno, también ejerce o ha ejercido de periodista, lo que le iguala al resto de los discretos mortales.
También se dirigió a los periodistas el alcalde González Terol, que dijo que “los ayuntamientos damos servicios públicos y los sostenemos a corto, medio y largo plazo”. Después, el alcalde de Boadilla elogió la gestión económica del Gobierno y viceversa, y habló de su gestión en el municipio “antes endeudado y ahora enjugada la deuda y con superávit económico”.
En la foto se aprecia un momento de la intervención del secretario de Estado de Cultura, señor Lassalle, junto con el alcalde, señor González Terol.
Texto y foto: Ángel Aguado López