Permarexia: obsesión por contar calorías
«Tres y dos son cinco. Cinco y siete doce. Doce y tres quince. Buenos días. Quince y siete veintidós. Veintidós y seis veintiocho. No tengo tiempo de volver a encenderlo. Veintiséis y cinco treinta y uno. Uf! Eso da entonces quinientos un millones seiscientos veintidós mil setecientos treinta y uno.»
Capítulo 13; El Principito.
La permarexia es una obsesión por contar calorías, sería un padecimiento que precede a la anorexia o a la bulimia. Además se estarían siempre a dieta privándose de grupos de alimentos que aportan vitaminas o compuestos necesarios para un crecimiento sano. La permarexia estaría dentro de los “transtornos alimenticios no especificados”. Además estas personas harían dietas muy estrictas y son seguidoras de las “dietas milagro”.
-¿Existen datos de cuántas personas padecen este problema en nuestro país?
Los estudios indican que uno de cada 20 personas padece este tipo de trastorno, que aunque menos conocido que otros trastornos de la alimentación, es igual de complejo para la salud del sujeto.
Dentro de los trastornos alimenticios no especificados podemos ver que un 30 % de las mujeres aproximadamente, dice haber contado calorías de manera obsesiva o haber “purgado” su cuerpo para perder peso o haber vomitado…
-¿Cuáles son las causas que provoca este trastorno? ¿A qué se debe?
Cada paciente tiene que hablar con el terapeuta para “producir” sus “causas”. En general, la obsesión viene a tapar un hueco emocional de la vida del paciente, se relaciona con un paso que no se quiere dar y la obsesión viene a aliviar esa parte de su vida de la cual no quiere saber nada y el síntoma encaja perfectamente…la baja autoestima que hizo que escuchase comentarios hirientes sobre la alimentación proferida por los padres, “estás muy gorda” “comes como una lima”. Cuando uno tiene una predisposición psicológica sobre este tema, tienden a dar relevancia a comentarios que para los demás pasarían inadvertidos. No hay que culpabilizar a los padres sino al trastorno. Y dar herramientas para una correcta gestión.
-¿Cuál es el perfil de las personas más propicias a padecer este problema? ¿es más habitual en mujeres adolescentes? ¿Por qué?
Sí los jóvenes son más vulnerables y las mujeres también en todos los trastornos de la alimentación. Ya que culturalmente el cuerpo y la belleza han sido el campo de desarrollo por el que se las valoraba a ellas.
Por otro lado nos encontramos con un perfil de mujeres perfeccionistas en sus relaciones personales y consigo mismas, que también nos arrojan la característica de “sobreexigentes”. Suelen tener dificultades en las relaciones sociales e inestabilidad emocional.
-¿Qué consecuencias y riesgos tiene para la salud este trastorno? ¿Qué puede llegar a provocar en el organismo el hecho de estar permanentemente a dieta?
Son muy dispares y peligrosas todas ellas. En primer lugar, este trastorno correlaciona con los trastornos de ansiedad, con la anorexia y la bulimia algunos de ellos, con una tasa de mortalidad no desdeñable. Por lo que es un asunto serio para comenzar una psicoterapia.
Por otro lado, la consecuencia de constantes bajadas y subidas de peso van a alterar la glándula tiroides, que es la piedra angular del funcionamiento del metabolismo y también es regulador de las emociones de la persona.
Además, serán frecuentes episodios de bajo nivel de azúcar en sangre (hipoglucemia) y ello, va a producir mareos, visión borrosa y en casos agudos, puede haber incluso pérdida del conocimiento o de la consciencia.
El verse privados de manera permanente de algunos alimentos acarreará deficiencias nutricionales, úlceras en el estómago o estreñimiento.
-¿Cuáles son los síntomas más evidentes que pueden servirnos de voz de alarma para detectar a tiempo este problema?
Tenemos que preocuparnos cuando vemos que una persona ha cambiado de dieta mas de 3 veces en un periodo corto, 2-4 meses o cuando está preocupado por su peso, usando la báscula casi todos los días y anotando los resultados. O cuando tiene que hacer la compra para anotar las calorías de aquello que compra. Detrás de estos comportamientos que aparecen como de gran responsabilidad, se esconde la obsesión referida en esta entrevista y una futura mala alimentación justificada por “últimas investigaciones”
-Una vez detectado el problema, ¿cuál es el procedimiento a seguir? ¿En qué consiste el tratamiento con el paciente?
Consiste en abrir un espacio psicoterapéutico para hablar de las preocupaciones de la paciente y a través, de este lugar donde no se juzga, y donde la persona puede hablar libremente, poder investigar qué sentido tiene este síntoma para encontrar estrategias que eliminen esta manera de vivir, de comportarse…en el fondo, el síntoma les da una identidad, y un modo de vida…muy sacrificado…
-¿Qué tipo de terapias o trabajos psicológicos se realizan con el paciente? ¿Es necesario realizar una educación alimentaria?
El Psicoterapeuta funciona como un espejo limpio para devolverle un pensamiento saludable y una sonrisa cuando sea necesario. Los trabajos que se realizan son de “deconstrucción” o de “reestructuración cognitiva” que dicho en roman paladín, es ayudarle a encontrar una nueva perspectiva de vida, y ponerle comportamientos a esa nueva forma de pensar.
-¿Es un problema que tiene cura en la mayoría de casos o suele haber recaídas? ¿De qué depende?
Siempre hay recaídas y es normal que las haya, forma parte del tratamiento, lo que hacemos es entrenarles para que ellos/as sepan cuando van a recaer y por lo tanto evitarlo…las recaídas no son accidentales, ya venían fraguándose en la “psiquis” de la persona. Y depende de múltiples factores, la falta de compromiso con las sesiones, la vulnerabilidad con figuras afectivas con las cuales no ha conseguido una mayor autonomía o el miedo a la novedad que hace que prefieran “lo malo conocido que lo bueno por conocer”