La prórroga lleva a Alemania a cuartos

ale-argelia

Alemania 2-1 Argelia

Alemania consiguió el pase a cuartos con muchos más apuros de los esperados debido al gran planteamiento táctico y un gran derroche físico de la selección argelina. Los de Joaquim Low necesitaron de la prórroga y de un acertadísimo Manuel Neuer para certificar el pase. M’Bolhi, el portero de Argelia, permitió que por momentos todo un país soñara con la machada gracias a una sublime actuación.

Alemania, la infalible, la del martillo pilón, frente a la débil Argelia. Sin embargo desde el pitido inicial, ambas selecciones decidieron intercambiarse los papeles, al menos por 45 minutos. Argelia dejó a un lado sus complejos y fue la que mejor movió el balón; fue la que más se acercó a la portería de Neuer, que por momentos jugaba como quinto defensa, valiente y decidido en sus salidas; y Argelia fue la que más cerca estuvo del gol. Y lo logró de hecho, en un gran centro lateral que remató Slimani en posición irregular por escasos centímetros.

La segunda mitad fue otro cantar, cuando las fuerzas comenzaban a flaquear comenzaron a emerger los alemanes. Perdonados en la primera mitad, igual que sucediera en el partido que precedía este encuentro, el Francia-Nigeria, los europeos comenzaron a controlar el partido y poco a poco fueron encerrando a los norteafricanos, que sólo podían reaccionar a través de las contras de sus rápidos hombres de ataque, especialmente con Feghouli y el meniconado Slimani.

La entrada de Schurrle por Gotze en el descanso y posteriormente de Khedira, cambiaron la cara a Alemania.

Conforme se acercaba el final, el partido comenzó a romperse con idas y venidas en uno y otro área que ninguno de los equipos supo finiquitar. Argelia acabó muy mermada físicamente y así lo acabó pagando.

En el primer minuto de la prórroga, uno de los pocos errores en la salida de balón de Argelia fue aprovechado por Muller, primordial en esta prórroga, para internarse por la banda y servir un balón a Schurrle que envió a la red con un remate poco ortodoxo de espuela, pero eficaz. El 1-0 en la primera jugada de la prórroga fue tal mazazo para los argelinos que comenzaron a recordar lo pesadas que tenían sus piernas.

Argelia, sin fuerzas y con jugadores realmente sobrecargados, se vio obligada a la desesperada y permitía a Alemania encontrar huecos en su defensa. Ózil, que jugó uno de los peores partidos que se le recuerdan, aprovechó uno de esos huecos para subir el segundo al marcador al aprovecharse de un rebote. En el último minuto Argelia logró maquillar el resultado gracias al cabezazo de Djabou que, si no hizo justicia con los argelinos, al menos les dejó un sabor de boca algo más dulce. Dicen que hay derrotas y derrotas, y esta debe ser de las derrotas menos malas. Argelia tuvo contra las cuerdas a una de las favoritas del Mundial y demostró al mundo que no hay rival pequeño, y menos en este sorprendente Mundial de Brasil.

Borja Martín / @Bmh_90