El Arte de la Pareja, Encuentros y Desencuentros

Artículo publicado por Sergio García Soriano el 07/05/2019 en la web del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid.

“En el crudo día invernal, los puercoespines de una manada se apretaron unos contra otros para prestarse mutuo calor. Pero al hacerlo así, se hirieron recíprocamente con unas púas y hubieron de separarse. Obligados de nuevo a juntarse por el frío, volvieron a pincharse y a distanciarse. Estas alternativas de aproximación y alejamiento duraron hasta que les fue dado hallar una distancia media en la que ambos males resultaron mitigados”

Arthur Schopenhauer

¿Quién no se ha planteado alguna vez, cuál es el secreto de mantener una relación de pareja? ¿Por qué nos emparejamos? ¿Cómo elegimos pareja? Entre las fuentes de felicidad que exponemos, siempre decimos que tener una relación de pareja es fuente de satisfacción pero también sabemos que la ruptura acerca a nuestras consultas a gran parte de nuestros pacientes puesto que han quedado “desorientados”, como cuando alguien queda sin su “droga”

¿Qué está sucediendo? ¿Por qué no sabemos “gestionar estas emociones”? ¿”Gestionar emociones” es un mantra de los medios de comunicación pero nadie sabe hacerlo?

Vamos por partes, elegimos pareja por motivos que no sabemos aunque pensemos que hemos seleccionado por su belleza, por su emprendimiento…elegimos de manera narcisista ¿esto qué quiere decir? ¿Por qué elijo a Juanita en vez de a Margarita? Pues habitualmente, tiene que ver con rasgos que nos recuerdan a nosotros mismos, el enamorado percibe  cómo la otra persona era en el pasado, cómo es en el presente o cómo será en el futuro y se siente identificado/a. No hay elección al azar. Y además la estadística nos recuerda que nos casamos o emparejamos con personas cercanas en el espacio, del mismo barrio, de la misma ciudad, del mismo pueblo…llama la atención como para una decisión tan importante: ligar dos vidas, no seamos muy exhaustivos en las pesquisas que realizamos…

Nos emparejamos para hacer un proyecto de vida o para paliar la soledad.  A veces, la efusividad del enamoramiento nos indica cómo de solos nos encontrábamos antes. A lo largo de la historia, entre otros, filósofos, poetas y psicoanalistas,  han intentado dar decálogos del amor o comprender este estado afectivo, podemos ver “El arte de amar” de Erich Fromm o de Ovidio.

Lo que nosotros los psicólogos mostramos es que hay varias etapas en el enamoramiento, podríamos decir que pasamos del “enamoramiento” al “amor”…¿esto qué quiere decir? Pues que en la primera fase del enamoramiento, uno se deja llevar por la pasión, por el flirteo, por lo erótico y sexual para a lo largo del tiempo (2 años máximo) pasamos a que lo importante no es tanto “la química”, sino el proyecto en común, los intereses de ambos, la dirección hacia la cual se dirigen… se cae la venda de los ojos y comienza una relación mas “compleja”.  Sternberg en su teoría triangular del amor expone que los componentes de toda pareja son la intimidad, la pasión y el compromiso. Y qué en el desarrollo de la pareja se van entrelazando y potenciando mas unos componentes que otros.

¿Qué hace la terapia de pareja con la complejidad de una pareja? ¿Hay pie para la reconciliación?

Cuando los dos miembros de la pareja vienen a consulta, es más sencillo poder intervenir. No obstante algunas de las ideas que hay que combatir o analizar son las relacionadas con la “media naranja”, nadie ha nacido para ser la media naranja de la otra persona, las relaciones se producen en un momento determinado y no podemos tiranizar a que la otra persona me resuelva la vida en muchos ámbitos, la pareja se convierte en el terapeuta, el abogado, el fontanero, el albañil…esa máxima exigencia no beneficia la  continuación del matrimonio.

Otra indicación frecuente, es que piensan que la psicoterapia va a cambiar al partenaire y ellos piensan que vienen a consulta de “colaboradores” y para que funcione la psicoterapia de pareja tienen que poner de su parte AMBOS. Alguna vez tuve que indicarles: -pero ustedes han venido a “mejorarse” o han venido para vencerse- los juegos de poder entre ellos, pueden llegar a extremos perniciosos para la convivencia. Cierto es que Kubrick nos decía que el lenguaje del amor y el lenguaje de la guerra es el mismo. Pero no se pueden sobrepasar extremos de violencia psicológica o física que merman la autoestima y autonomía de sus miembros.

Y la otra señalización que es frecuente en las consultas, tiene que ver con “las familias de origen de ambos” los juegos de poder han hecho que de manera interna e involuntaria en ocasiones, estén compitiendo por “mi familia es mejor que la tuya” expresado en “tus padres se quedan más con nuestras hijas/os que los míos” “Nos regalan más cosas en Reyes, tus padres que los míos”… añadido a esto, la invasión que algunos suegros y suegras o cuñados/as hacen en las jóvenes parejas. Donde a veces, éstos han hecho problemas de cuestiones que a priori no lo eran pero que la idiosincrasia familiar no ha facilitado el desenvolvimiento del hombre y de la mujer. Es decir, la pareja ha hecho suyos problemas que son de sus familiares y eso repercute en ellos.

Para finalizar, simplemente exponer que el terapeuta se pone de parte de la pareja, pero en ocasiones, son necesarias las rupturas y aprender a separarse a través de la palabra va a permitir que el duelo sentimental sea mas leve y permita volver a amar de manera sana próximamente.

Bibliografía:
  • Fromm, Erich. (1959). El arte de amar. Barcelona: Paidós.
  • Ovidio Nasón, Publio (2016). Arte de amar. Barcelona: Austral.
  • Sternberg, R. J. (2004). A Triangular Theory of Love. In H. T. Reis & C. E. Rusbult (Eds.), Close relationships: Key readings(pp. 213-227). Philadelphia, PA, US: Taylor & Francis.
  • Yela García, Carlos (2000) . El amor desde la psicología social : ni tan libres, ni tan racionales. Madrid: Pirámide.