Chile comienza muy fuerte y se echa a dormir
Chile 3-1 Australia
Si ya esta selección chilena, «La Roja» histórica por cierto, tenía muy buena pinta sobre el papel, sin duda salió ayer dispuesta a demostrarlo desde el minuto uno. Su juego es el clásico americano sureño, que exceptuando a Argentina que históricamente además ha tenido fuerza y orden en el centro del campo, ha sido un fútbol marcado por la velocidad, la profundidad en los espacios y la habilidad arriba. Y así pasó el primer cuarto de hora cual vendaval chileno, si bien es cierto que ante un rival menor.
Bueno, o no tanto. Cuando hablamos de deporte y están los aussies enfrente, hay que referirse a ellos con un gran respeto, el respeto que merecen los hombres que dignifican su trabajo. Está claro que el fútbol no es su fuerte, sólo hay que ver su número de fichas federativas, pero son auténticos atletas que compiten cada balón honrando cada práctica deportiva a la que se someten.
Y entre tanto, las diagonales de Alexis, la infinita calidad de Vidal y la velocidad de Vargas le hacían a uno levantarse del asiento protagonizando ese otro fútbol, el vertical, tan lejano del aburrimiento. En una de esas jugadas adelantó Alexis a los suyos entre la alegría de los casi 20 mil chilenos presentes en las gradas. A ello le sucedió más de lo mismo, y como consecuencia llegó el 2-0 a cargo de Valdivia en el minuto 13. Desde ahí llegamos ya a un menor ritmo hasta la media hora de encuentro. Para entonces los australianos seguían ejemplificando su enorme trabajo físico y compromiso, y a su forma seguían estando muy presentes. Enormes en el juego aéreo, intentando provocar saques de esquina y faltas laterales. Y tanto fue el cántaro a la fuente que ese portento físico llamado Cahill anotó el 2-1 para los amarillos. Y así llegamos al descanso y casi al final, momentos en los que Chile evidenció su otra cara, su debilidad defensiva. En tanto en cuanto arriba son un no parar de paredes y combinaciones en velocidad, atrás dejan tantos espacios desordenados como se quieran buscar. Comen y dejan comer.
Y muy cerca estuvo esa fragilidad defensiva de dejarles sin victoria de no ser por las intervenciones de Bravo en la portería, aunque Australia tenía dificultades técnicas de aprovechar por abajo y entre líneas esos huecos, por lo que su bastión seguían siendo los cabezazos. Con 2-1 y el letargo chileno que vino después de su espectacular principio de partido, Beausejour sentenció en el descuento con el tercero firmando el 3-1 final.
Darío Novo / @DarioNovoWeb