Los sótanos de la música
Hemos perdido el gusto de dejarnos sorprender con la música. O al menos una gran parte de los habitantes de este siglo no necesitan nada más allá de su dosis repetitiva de Ozuna o Becky G.
No obstante, tenemos a centenares de jóvenes, y no tan jóvenes, dejándose la piel para poder conseguir un puñado de escuchas en Spotify y, con suerte, un bolo en una pequeña sala de Madrid. Si lo consiguen intentarán reunir por todos los medios a algo más de 40 personas para que les salga rentable el alquiler del espacio.
Es injusto. No es que es que estas personas no tengan talento, sino que no estamos acostumbrados a lo nuevo. Tenemos que dejar de lado ese pensamiento manido de que lo desconocido lo es porque es malo.
Y no existe mejor forma de descubrir nueva música que dejándonos caer por las salas pequeñas. No sirve la excusa de que los conciertos son caros. Por menos de lo que te cuesta una entrada de cine puedes disfrutar en directo de artistas diferentes cada semana y ayudar a lanzar sus carreras mientras te tomas una cerveza o un refresco.
Gracias a dejarme caer varios días al mes por diversas salas de Madrid sin saber qué es lo que iba a escuchar esa noche he encontrado a grupos que se han convertido en mis favoritos. Artistas que he visto desde el principio como se hacían un hueco en el complejo panorama musical.
Si no sabes por donde empezar te dejo algunos conciertos que tendrán lugar en breve en Madrid: Delaporte (28/02), Perdiendo Los Papeles (09/02), Maldito Murphy (08/02) o Volver (07/03).
Hazte un favor a ti mismo y patéate las salas con ganas de dejarte sorprender por lo que encuentres. Es una buena forma de aumentar tu felicidad.
