Este invierno será de ‘abrigo’ – EDITORIAL JULIO 22
Es de agradecer la buena gestión y la responsabilidad con la que actúa el Parlamento europeo, el realismo con el que se manifiesta al incluir la energía nuclear y el gas catalogándolos en un tipo de taxonomía ecológica, y articular de modo muy inteligente una estrategia comunitaria destinada a apoyar una transición hacia las energías renovables, verdes y sostenibles, a pesar de las voces discordantes que son contrarias a estos recursos.
Es manifiestamente obvio que ha habido un retroceso en el calendario de sustitución de los recursos más contaminantes, pero la consecuencia ante la dura realidad del uso que el presidente ruso Vladimir Putin nos ha impuesto por las bravas al tener la llave del gas y amenazar con hacer uso de esta situación de superioridad como arma de guerra, da al traste con cualquier posibilidad de arreglo beneficioso o algún acuerdo válido para todos que no arrase con cualquier posibilidad de mantener cierta estabilidad y establecer unos plazos razonables en busca de una salida negociada que, si ya eran de dudosa credibilidad en tiempos de paz, son absolutamente inciertos tras la invasión Rusa a Ucrania.
Ahora Europa está a la expectativa de lo que pueda suceder con el gaseoducto Nord Stream 1, cerrado a cal y canto desde el lunes 11 de julio y que no deja pasar un solo metro cubico del gas de Putin a Berlín y que segun los técnicos se trata de un cierre que ya estaba previsto, y que el protocolo de seguridad explica que se debe de realizar anualmente para evitar riesgos y asegurar el buen funcionamiento de la instalación gasística, pero que esta vez es algo mas ‘especial’ que un sencillo cierre provisional de mantenimiento técnico, dado el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, con lo que se convierte en algo mas que una revisión técnica , es una grieta peligrosa en la estructura política Europea que se convierte en una gravísima crisis energética sin precedentes. Ahora la pelota está en el tejado rojo y mantiene a Europa y principalmente a Alemania, actual locomotora de económica de la Unión Europea, en jaque ya que el corte provisional de gas que en principio establece 10 dias de cese de abastecimiento, tanto Bruselas como Berlín temen que se convierta en indefinido, si Moscú decide usar este cierre de la llave de paso como medida de presión a Occidente y mantener su posición de continuar estrechando el tubo de abastecimiento de hidrocarburos a Italia o Austria ,o Francia que ya no recibe absolutamente nada del gas ruso así como una decena de países. La presidenta de la Comisión Europea, la señora Von der Leyen ya ha advertido a Europa que viene un invierno muy duro y la necesidad de prepararse para una reducción o, incluso, un corte total del suministro del gas de Putin.
Ni que decir tiene que a España le afecta de una forma directa y sería un torpedo en la línea de flotación del inexistente plan estratégico de energía, seguramente por la rigidez ideológica de algún miembro del Gobierno, que aun no ha establecido una solución aportando un nuevo plan de transición energética que evite el duro invierno que nos espera. Si bien ahora no podemos poner el Aire Acondicionado por el alto coste de la energía, cuando llegue el frio cómo vamos a calentarnos señora Ministra Ribera?. Ante la inminente amenaza de un crudo invierno energético, sería bueno intentar al menos revisar algún tipo de estrategia que nos eche una mano, al menos a la hora de repostar combustible, ir a la compra, poder comprar los artículos de primera necesidad a precio normal, de mercado y no el coste que asumimos cual bazar árabe.
Seguramente habrá quien apele a volver al carbón, después de ir cerrando las centrales térmicas de carbón en España por su alto coste de mantenimiento y su poca productividad.