El Fútbol moderno, entre el VAR y el Bar
Para cualquier aficionado al futbol, es evidente que últimamente el fútbol está siendo escenario de un creciente conflicto entre los árbitros y los equipos, en especial en la liga española. Esta situación ha emergido tan rápidamente debido a las quejas de los clubes sobre decisiones arbitrales que consideran injustas o erróneas, lo que ha llevado a un clima de tensión y falta de confianza en los partidos.
Es evidente que los desacuerdos entre árbitros y jugadores es un tema bastante común en el deporte desde los inicios del mismo. A menudo surge por decisiones controvertidas durante el juego, como faltas rigurosas, tarjetas, penaltis inexistentes, manos involuntarias o goles fantasma.
Los jugadores, pueden sentirse frustrados si creen que una decisión no ha sido justa, mientras que los árbitros intentan hacer su trabajo lo mejor posible, según su opinión y con la ayuda de sus compañeros los linieres.
Este tipo de tensiones puede llevar a discusiones acaloradas en el terreno de juego con agarrones y algún que otro empujón entre jugadores, pero normalmente en un gran porcentaje suelen acabar bien e impera la disciplina y el respeto, y por ello es importante recalcar que ambas partes, jugadores y árbitros comparten el mismo objetivo que es fomentar la deportividad y juego limpio.
Los trencillas, por su parte, defienden su labor y argumentan que están sometidos a una presión constante, tanto de los equipos como de los medios de comunicación. Muchos de ellos han expresado su frustración por la falta de apoyo y respeto que reciben, y por otro lado se han visto casos de un claro posicionamiento a favor de uno u otro equipo que se han llevado a límites no deseados para reprobar un sanción, tarjeta o sencillamente una decisión errónea del colegiado.
La Asociación de Árbitros ha solicitado un diálogo abierto con la Liga española y la Real Federación Española de Futbol, con sede en Las Rozas, para abordar estas preocupaciones y encontrar soluciones que beneficien a todas las partes. Sin embargo, parece ser que esos diálogos no han servido de nada ya que el conflicto aun persiste.
Este enfrentamiento no solo afecta a los árbitros y equipos, sino que también impacta a los aficionados, quienes ven cómo la polémica se convierte en un tema recurrente en cada jornada. La necesidad de un cambio es evidente, y muchos esperan que se logre un acuerdo que restablezca la confianza en el deporte.
El problema entre árbitros y equipos de fútbol suele surgir por varias razones. En general, se relaciona con la interpretación de las reglas del juego, decisiones controvertidas durante los partidos y la presión que sienten los árbitros por parte de los jugadores, entrenadores y aficionados. A veces, los árbitros pueden cometer errores, lo que genera frustración en los equipos.
Además, la falta de comunicación y la tensión en momentos críticos del juego pueden agravar la situación. Es un tema complejo y muy espinoso, pero al final, todos buscan lo mismo: que el juego se desarrolle de manera justa y deportiva, o sea aquello que todos proclaman y pocos cumplen, el fair play.
Para evitar una mala decisión, corregir un error y apoyar al árbitro principal que pita un partido a tomar la decisión más justa y/o legal, se ha incorporado el VAR, (Video Assistant Referee) que consiste en la asistencia técnica de un equipo de árbitros que por medio de un sistema de cámaras y pantallas visualizan y tienen acceso en tiempo real a las jugadas y están en permanente comunicación con el arbitro en el terreno de juego supervisando el partido desde multitud de ángulos y posiciones.
Pues bien, este sistema (VAR), que debe de servir como ayuda tanto a colegiados, jugadores, entrenadores, periodistas y público, está resultando en ocasiones más perjudicial que provechoso ya que ha generado muchas opiniones contradictorias y enfrenta a los equipos y es que, según los jugadores el VAR interfiere demasiado en el flujo normal del juego y según los árbitros ellos se enfrentan una gran presión, ya que deben tomar decisiones rápidas y precisas, y con el VAR, a veces se sienten en el centro de atención más que nunca, máxime si los responsables del VAR, tardan en emitir un veredicto.
Así que la controversia está servida ya que a veces genera más debate que solución porque unos opinan que el VAR tiene el potencial de mejorar la justicia en el fútbol, y otro creen que es un problema que antes no existía, porque ha traído consigo nuevos desafíos y tensiones entre los árbitros y los equipos y que seguramente seguirá generando debate en los campos futbol.
‘Siempre han existido quejas contra los árbitros, pero asuntos como el “Caso Negreira” o videoarbitrajes muy conflictivos, no benefician en absoluto al futbol ‘
Por último está la prensa deportiva más recalcitrante y sus asesores que ejercen un alto grado de presión mediática entre los aficionados más ultras y su particular interpretación de las jugadas.
Tanto en partidos retransmitidos por radio o televisión o en la prensa escrita del día siguiente las opiniones pueden ser tan negativas como irrespetuosas, esto genera un caldo de cultivo que crece como por esporas entre los aficionados y es ahí donde comienza los problemas entre seguidores de los clubes y su hooligans más violentos que discuten de forma muy acalorada del VAR en el Bar.