Editorial CN 111
Comunidad de Madrid, claro que sí
Partiendo de la base de que es muy saludable la crítica constructiva en la gestión de los gobiernos regionales, y que más a menudo de lo necesario se señala a los partidos de la oposición o a movimientos sociales como «enemigos» en el contexto de la crítica a las políticas implementadas, esto puede deberse a que la oposición y los movimientos sociales a menudo tienen diferentes visiones sobre cómo debería ser la gestión pública y buscan señalar lo que consideran fallos o deficiencias en las políticas actuales, pero siempre hay que buscar el consenso que genere la mejor resolución, sin acritud, broncas o la falta de respeto que por desgracia está proliferando en las políticas regionales.
Es importante recordar que la crítica política es una parte fundamental de la democracia, ya que permite el debate y la discusión sobre las decisiones que afectan a la sociedad.
Sin embargo, también es esencial que estas críticas se realicen de manera constructiva, buscando el bien común y fomentando un diálogo que pueda llevar a mejoras en la gestión pública.
Lo que no debe ser tan habitual son las tensiones entre el gobierno de la Comunidad de Madrid y el gobierno central que suelen generar mucho debate.
Estas diferencias pueden afectar la gestión de recursos y políticas públicas, y esto afecta en la vida diaria de los madrileños, que ven como son cercenados sus derechos por el solo hecho de vivir en la Comunidad de Madrid y la inquina que muchos demuestran hacia esta región.
La Comunidad de Madrid, actualmente lidera el Índice autonómico de competitividad fiscal con 7,24 puntos para ratificar la fortaleza del sistema tributario más atractivo de España superando a otras Comunidades Autónomas con régimen tributario propio, y eso seguramente obedece a que la región tiene el sistema tributario mejor estructurado y más atractivo para empresas y ciudadanos, sin impuestos propios, pero no por ello debe de ser atacada por el gobierno central o algunas otras Autonomías.
Sus señas de identidad son la libertad, el apoyo a la empresa, la seguridad jurídica, el gasto eficiente, la bajada de impuestos y el rigor en las cuentas públicas”, y eso debe de enorgullecernos como madrileños y no estar a la gresca y en constante defensa de los ataques externos y envidias a nuestra región.
The Wall Street Journal’ define a Madrid como una de las ciudades más cosmopolitas de Europa». Según ese rotativo, es la «capital de la reinvención»
Por otro lado es importante recalcar su identidad cultural.
Madrid, puede verse influenciada por diversos factores, incluyendo la globalización y la llegada de nuevas culturas. Algunas personas pueden sentir que estas influencias externas amenazan las tradiciones y costumbres locales, lo que puede generar un debate sobre la preservación de la identidad cultural.
Aunque creo sinceramente que Madrid es una Comunidad de puertas abiertas y de buen acogimiento de quien llega; también acepta la influencia externa de buen grado y lo asume como un enriquecimiento en la cultura local, comarcal y regional, aportando nuevas perspectivas y formas de expresión.
Sin embargo, también es válido que las comunidades busquen proteger y valorar sus tradiciones. El diálogo y la apertura son clave para encontrar un equilibrio entre la preservación de la identidad cultural y la aceptación de nuevas influencias.
La Comunidad de Madrid es, como dice su presidenta Isabel Diaz Ayuso una región alegre, pujante, viva y está abierta a la inversión y a los proyectos que tienen vocación de servicio público y que abre las puertas a la innovación, y a los contrastes entre tradiciones y vanguardias donde caben todos estos proyectos en donde todo el mundo cuenta como uno más… De Madrid al cielo.