Rincones insólitos de la Comunidad de Madrid (II)

Chema Bueno / CN

En nuestra edicion  del mes pasado ofrecíamos  algunas pinceladas de ese gran lienzo que  muestra La Comunidad de Madrid respecto a esos rincones  poco conocidos y ciertamente  misteriosos que encierra nuestra región. En esa primera parte recorrimos lugares tan poco conocidos como maravillosos que se distribuyen en los mas de 8.000 km 2 y que alberga a cerca de 7 millones de madrileños. A continuación  daremos cuenta de otros rincones desconocidos de Madrid y descubriremos  algunos de sus secretos. ¿Nos acompañan?

Un Templo centenario del frontón

Hace más de cien años, a finales del siglo XIX y como consecuencia del auge que había tomado el juego de pelota vasca  o frontón en Madrid,  se construyó en la capital un  edificio tan importantes como desconocido: el frontón Beti-Jai. Considerado como una joya arquitectónica de su tiempo  ha estado sumiso en el olvido y abandonado durante décadas. 

El promotor de llevar a cabo la construcción del frontón fue el empresario donostiarra José Arana quien encomendó los trabajos de diseño y construcción al arquitecto Joaquín Rucoba con el  objeto de establecer un Templo del Frontón” en Madrid y  donde poder desarrollar esta actividad deportiva de tan importante arraigo entre el empresariado  madrileño y los personajes más notables  capitalinos.

 El frontón Beti-Jai que en su traducción al castellano significa “Siempre Festivo”, se inauguró en abril de 1894, en la calle del Marques de Riscal, enclavado en el castizo barrio de Chamberí, y es el único que existe con estas características. Con un aforo para mas de 4.000 espectadores, en el año 1.919 dejó de dársele uso como frontón para destinar sus instalaciones a  comisaría de policía, posteriormente  fue una prisión, incluso sirvió como taller de mecánica del automóvil y después al ostracismo y abandono hasta que en 2019 se llevó a cabo un completo trabajo de rehabilitación y restauración por el que llegó a ser  declarado monumento nacional en 1991 y Bien de Interés Cultural en 2011. Actualmente el frontón Beti Jai ha retomado sus tiempos de gran esplendor y se le puede visitar de forma gratuita dentro de los programas que ofrece La Comunidad de Madrid

 La estatua de la Libertad en Madrid

 Muy próxima a la conocida estación de Atocha, nos encontramos una estatua parecida a la que ilumina el puerto de Nueva York en la isla de Ellis, efectivamente nos referimos a la estatua de la Libertad, aunque esta es ligeramente mas pequeña pero también quiere representar la Libertad que ilumina el Mundo.

Semiesquina con el transitado Paseo de la Reina Cristina, mas en concreto en la calle Julián Gayarre, se ubica el panteón de los Hombres Ilustres, que es en donde se encuentra nuestra estatua de la Libertad mas castiza. Obviamente no tiene ni el esplendor ni el tamaño ni la majestuosidad de la  diosa neoyorquina,  y seguramente al hallarse algo escondida en el interior del patio pase desapercibido de los peatones que brujulean por la zona.

 Se trata de un monumento levantado en 1853 (originariamente en el antiguo cementerio de San Nicolás) para recordar a tres grandes ilustres liberales españoles: Agustín Argüelles, José María Calatrava y Juan Álvarez Mendizábal. Y el encargado de llevar a cabo el proyecto fue Federico Aparici, autor de ese túmulo cilíndrico rematado por una escultura de la estatua de la Libertad. Lo anecdótico es que no solo hay una estatua en Madrid, sino dos: la otra está en el frontón del Congreso de los Diputados. Y esa, al igual que la del panteón, también porta la diadema de rayos. Dicen que Bartholdi (el escultor francés autor de la estatua de la Libertad de Nueva York que todos conocemos) se inspiró en esta de Madrid para su reproducción. Y puede que la leyenda sea verdad: la madrileña es de 1848, mientras que la que da la bienvenida en la isla de Ellis es de 1876. 

 Un desierto  de cactus

Los amantes de la botánica y más concretamente de la especie  Magnoliophyta, Clase Magnoliopsida, orden Caryophyllales y familia Cactaceae, es decir los Cactus, pueden conocer el Desert City en San Sebastian de los Reyes, muy cerca de Madrid, en el km 25 de la A1. 

 Existen en el mundo mas de 1.400 clases de Cactus y 518 de ellas son endémicas de España y por lo tanto gran cantidad de estas espinosas  plantas se encuentran en Madrid. De hecho en San Sebastian de los Reyes  se encuentra su propio desierto de Cactus  en un jardín  paisajístico experimental  que conforma  un vivero biotecnológico del siglo XXI, que cuenta con mas  5.000 metros cuadrados dedicado a jardines botánicos donde los cactus son los protagonistas. En este gigantesco jardín botánico experimental se encuentran  más de 400 especies xerofíticas, o lo que es lo mismo plantas que tienen adaptaciones para sobrevivir en un ambiente con poca agua líquida, como un desierto. Este jardín tan “pinchoso”  cuenta con la compañía de otras plantas  autóctonas de la Comunidad de Madrid. 

 La vidriera del modernismo

El Palacio de Longoria es uno de los edificios que más llama la atención del barrio de Chueca. Las formas retorcidas de su fachada, el torreón curvo, las esculturas que forman parte del paramento, los relieves vegetales hechos en la piedra y otros elementos originales inducen a fotografiarlo.

Cuando se piensa en un edificio modernista de Madrid el primero que viene a la cabeza es éste. El modernismo del Palacio de Longoria se aprecia más en el exterior, en lo que se refiere al revestimiento ornamental, lo que llaman arquitectura orgánica.

Este edificio ha cogido mala fama en los últimos años por ser la sede de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE). Su fachada es inconfundible y es el ejemplo mejor conservado y más importante del movimiento modernista en Madrid. Sin embargo, uno de los secretos mejor guardados del Palacio de Longoria es su impresionante cúpula, obra de la Casa Maumejean, una empresa familiar fundada en 1860 por Jules Pierre Maumejean dedicada a la realización de vidrieras. Un maravilloso espectáculo para la vista gracias a sus cristales de colores iluminados por el sol.


 El ‘hanami’ madrileño

 Si en San Sebastian de los Reyes existe un desierto de Cactus, en el popular barrio de El Salvador del distrito de San Blas en Madrid disfrutan de un pintoresco  jardín japonés o lo que es lo mismo un ‘hanami’. Concretamente es en la Quinta de Los Molinos en donde se  copia una tradición ancestral del país Nipón, la de observar  la belleza de las flores y se utiliza normalmente cuando llega la época de floración de los cerezos y los japoneses acuden a los parques cercanos a disfrutar de este fenómeno de la naturaleza.

Absolutamente desconocido para muchos madrileños,  sus 21,5 hectáreas albergan una gran cantidad de especies, como olivos, pinos y eucaliptos, además de varias fuentes y un lago. Pero las verdaderas protagonistas son las flores blancas y rosadas de los almendros, que desprenden además un olor embriagador. Este jardín era propiedad del Conde de Torre Arias, pero en 1920 pasó formar parte del patrimonio del ingeniero y arquitecto  César Cort Botí. Desde 1997 está considerado como Parque Histórico.

Un Versalles en pequeño

 Sin duda una de las ciudades mas bonitas de La Comunidad de Madrid es Aranjuez, por motivos que sobra contar. Aparte de que es una de las únicas  3  ciudades que componen la marca madrileña “Ciudades Legado”  junto con Alcalá de Henares y San Lorenzo de El Escorial  para promocionar conjuntamente el Patrimonio de la Humanidad de la Unesco en la región

Los Jardines de Aranjuez son un clásico entre los parajes mas extraordinariamente cuidados de Madrid. Bosques, jardines, parques, fuentes y estatuas forman parte de este bello conjunto, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 2001. Este espacio verde está situado junto al río Tajo y al Palacio Real de Aranjuez, conocido también como el pequeño Versalles por sus parecidos arquitectónicos y decorativos  con el palacio  francés.  En los terrenos del palacio, junto al río, hay jardines ornamentales como el Jardín de la Isla o  el Jardín del Parterre .En el Jardín del Príncipe se encuentra la Casa del Labrador,  el jardín de Isabel II, una ornamentada mansión neoclásica, y también hay un estanque ornamental con un Pabellón Chinesco, así como varios templetes y estanques que se distribuyen  por cada hectárea de este gran espacio en el que merece la pena perderse durante horas  del Real sitio y Villa de Aranjuez