¡Precaución!, se aproximan charlatanes
Faltan aún diez días para el comienzo oficial de la campaña electoral para las autonómicas y municipales, pero quienes ya ejercen y los que aspiran a gestionar las responsabilidades políticas en doce de nuestras autonomías (además de Ceuta y Melilla) y en la totalidad de los ayuntamientos de España, ya andan metidos en faena.
Algunos llevan ya algún tiempo recordándonos las “excelencias” de su gestión, otros de lo bien que lo harán si cuando corresponda les damos la oportunidad de gobernar nuestros ayuntamientos y comunidades.
Quien más quien menos ya tenemos decidido si votaremos o no y quienes serán los beneficiarios de nuestro voto, pero los políticos, que han hecho de su actividad un medio de vida y una profesión generalmente bien remunerada, pelean, a veces encarnizadamente, por atraerse a quienes hasta la víspera de la votación aún tienen dudas
No suelen esperar al pistoletazo de salida y antes de empapelar pueblos y ciudades con las imágenes de sus candidatos y sus más o menos “ingeniosos” lemas de campaña, ya andan “mariposeando” y aprovechando la menor ocasión para envolvernos con sus promesas y como quien arrebata una cartera “llevarse” nuestro voto a su “buchaca”.
Por lo general, la “especie” política no goza de un especial fervor entre buena parte de la población, que en muchos casos los vemos únicamente como el mal necesario para gestionar nuestros impuestos y decidir qué hacer en nombre de todos, aunque no siempre lo hagan siguiendo el orden de las prioridades más urgentes.
Pero a ellos no les importará, en los próximos días, abarcarlo todo, estar en todas partes, recorrer los barrios olvidados de las ciudades y las plazas de los pueblos de la “España vaciada” más castigados por el olvido y la dejadez institucional, como ya hicieron hace cuatro, ocho, doce años… cargados con las mismas promesas de entonces, aunque puede que ahora con algo de confeti, con música y con un poco de suerte para algunos con regalo de globos, llaveros, pins, bolígrafos…
Hay quien, a pesar de la fama de “maestro Pinocho” ganada a pulso que le precede, ya ha empezado a hacer promesas, “levantando” en lugares aún imaginarios, decenas de miles de viviendas que “se destinarán a alquiler asequible para jóvenes, ciudadanos y ciudadanas” (sobran las segundas porque en los primeros ya estarían incluidas las mujeres), repitiendo promesas incumplidas de años anteriores.
Estarán por todas partes, disfrazados con todos los colores del arcoíris, las sonrisas forzadas para dar sensación de cercanía y las manos dispuestas al saludo personal con la muchedumbre en un descarado intento de “atrapar” nuestro voto a nada que nos confiemos.
Nos prometerán la luna si es preciso como quien asegura a un niño que si hace todo lo que se le pide puede acabar consiguiendo el caramelo, el mejor caramelo, porque el que ofrecerán los demás no estará tan bien envuelto y desde luego no tendrá un sabor tan bueno y tan original como el suyo.
Puestos a prometer, no se sorprendan si nos aseguran la construcción de un puerto de mar en Calatayud, un aeropuerto en Rillo de Gallo o un estadio olímpico en Villatoya… o si dan por hecho que fomentarán la creación de miles y miles de empleos, como tantas otras veces.
Verán que, metidos en faena, nada contendrá su palabrería y aunque a simple vista algunos de ellos nos pudieran parecer gente sensata, a algunos les costará desprenderse de su ocasional disfraz de “vendedores ambulantes”, capaces de venderle un peine a un calvo.
Ha comenzado ya la cuenta atrás, tomémoslo con calma, son sólo dos semanas de “tortura” y pasarán pronto.
Estamos decididos a dar nuestro voto a gente seria, que no nos líen otros, que no nos envuelvan con promesas que no van a cumplir, ¡precaución!, se aproximan charlatanes.