Playa de los fracasos, Galicia
Los gallegos, sabios y muy “suyos” no le han hecho el juego a Tezanos y sus peculiares sondeos; tras el recuento, el resultado es el que es y no precisamente el que trataba de hacernos creer el organismo que sorprendentemente aún preside el veterano socialista.
Sus sondeos, “suyos” pero pagados con nuestros impuestos, eran casi los únicos que vaticinaban un triunfo de la izquierda, eso sí con la unión de los socialistas y los independentistas, dejando fuera a los comunistas morados y magentas, en los que, dicho sea de paso, “Josefé” tampoco confiaba demasiado.
Respiran hoy aliviados los gallegos, especialmente los que han votado a la opción mayoritaria y respiramos, con una enorme satisfacción, los residentes en la inmensa mayoría de los pueblos y ciudades de España porque con su decisión libre y soberana han evitado crear un nuevo problema donde no lo había, poniendo el suficiente freno como para evitar un nuevo “vuelo” del separatismo.
Quien desde hace tiempo sólo tiene ojos para encarrilar la amnistía para quienes sostienen su sillón, se ha dejado la piel en la campaña; ha seguido en el empeño de sacar adelante su” ley, “urbi et orbe”, de amplio espectro, universal, generosa y “constitucional” según su coro de adoratrices y adoradores, pero eso no le ha impedido apoyar a su candidato, convirtiendo una campaña regional en su propio “ser o no ser”.
Tanto el Presidente del Gobierno de España, como sus ministros Hereu, Morant, Planas, Alegría, Rodríguez, Bolaños, Montero y Marlaska, han recorrido la comunidad gallega predicando sus bondades en mítines ante sus incondicionales y votantes “fieles”, al tiempo que descalificaban a quienes han venido gobernando esa comunidad, ininterrumpidamente desde 2009.
“Chus” Montero, gran dama del humor patrio, incluso se ha permitido una “gracia” mitinera con aquello de “¿os habéis quedado tranquilos mandando a Feijóo a España?”, como si diera por hecho que Galicia es una república independiente.
Flaco favor el de Marlaska, cuestionado por todos, a izquierda y derecha, por el centro, por el norte y especialmente por el sur, donde se le reprocha, no sólo que permita la discriminación salarial de la policía nacional y la guardia civil frente a otros cuerpos policiales, sino especialmente que no haga lo suficiente para dotarlos de medios con el fin de que los narcotraficantes no sigan “toreando” a sus agentes y lo que es peor, asesinándolos.
Los asesores de campaña deberían haber tenido en cuenta que casi siempre, lo que no suma, resta y haberlo dejado en Madrid.
Hasta el lema de campaña “Desta vai!” (¡Aquí tienes!) resultaba premonitorio y los gallegos, mayoritariamente lo han entendido así y les han respondido: ¡AQUÍ TENÉIS VUESTRO MERECIDO!.
Los políticos en general son muy dados a celebrar las victorias, incluso cuando son insignificantes, pero les cuesta mucho dar la cara cuando lo que se consigue es una clara derrota; se mire como se mire, es un desastre haber pasado del 19,38% al 14,04% y de los 14 escaños a tan sólo 9.
Un descalabro el de ayer que es un severo correctivo no sólo para el candidato y para quienes integraban las listas del PSOE en Galicia, sino para todos los socialistas que han tomado parte en la campaña y especialmente para Pedro Sánchez, instalado en su “huida hacia adelante” con el único fin de su supervivencia personal a cualquier precio.
Los últimos náufragos de Podemos, que no han llegado a los 4.000 votos, se unen a la insignificancia de Sumar, el “bluf” de Yolanda logró 28.171 y fracasó hasta en su pueblo, donde su candidata sólo recibió 304 de los 6.438 votos emitidos en Fene.
Ellos, junto a VOX y sus insuficientes 32.493 votos, han quedado varados en la playa de los fracasos, donde Sánchez, que se las prometía muy felices lejos de la “fachosfera”, ha quedado clavado en la arena, algo que podría repetirse de manera aún más dolorosa cuando se celebren la europeas.