¡Investidura ya!
Hoy mismo, la vicepresidenta en funciones del ejecutivo, María del Carmen Calvo Poyato, ha asegurado que “quieren que haya un nuevo gobierno este mismo mes de julio” y ha remarcado que ellos “no van a moverse de ésa posición”.
Ya de vuelta de Osaka, tras asistir a la cumbre del G-20 y supuestamente muy “feliz” por la famosa frase de Trump “me gusta España”, Pedro Sánchez se habrá deleitado con los sondeos propios que “aseguran” que de producirse ahora nuevas elecciones podrían conseguir hasta 145 escaños.
Escaños que según aventuran algunas encuestas no saldrían del PP, que también mejoraría sus últimos resultados a costa de C´S y especialmente de VOX, sino del ya maltrecho “granero” de sus socios potenciales de Unidas Podemos.
Se queja Iglesias de que siendo el aliado natural de la izquierda, no le llegan propuestas para el hipotético gobierno de coalición con el que aún sigue soñando y también alza su queja para criticar que cuando gobernaba el PP era el PSOE el que protestaba por la “parálisis” de las actividades en el Congreso de los Diputados y ahora son los socialistas los responsables de la inactividad.
Una inactividad que dicho sea de paso, cuesta un ojo de la cara a los contribuyentes, ciudadanos que en un buen número no acaban de cruzar la frontera del “mileurismo” y que en el mejor de los casos “sólo” tienen un mes de vacaciones.
Para que se cumplan los deseos de la vicepresidenta sería imprescindible la abstención de algunos en segunda votación, algo a lo que no sólo PP, C´S y VOX no parecen predispuestos, sino también hoy por hoy Unidas Podemos que no quiere un gobierno de colaboración sin carteras y sigue tensando la cuerda de sus 42 escaños aún a riesgo de romperla.
Lo que hagan el resto de partidos, especialmente los separatistas catalanes, puede resultar totalmente inútil si finalmente Unidas Podemos une sus “NO” a los más que previsibles de PP, C´S y VOX.
Por más que algunos se empeñen y quieran exigir su abstención por “el bien de España”, todos los partidos tienen perfecto derecho a no hacerlo, “al enemigo ni agua”, ya se sabe.
Mientras tanto, dos meses después de haber mostrado nuestra voluntad en las urnas, los ciudadanos asistimos perplejos a la situación anómala de contar con un gobierno en funciones que no toma decisiones importantes ni siquiera los viernes.
Corresponde a Sánchez encajar las piezas necesarias para completar un puzle multicolor que en la práctica no es tan sencillo como pudiera parecer; conseguirlo o no va a depender de lo generoso que esté dispuesto a ser con la formación morada.
Morada o más bien negra después de dos meses soñando con carteras ministeriales que no sólo no llegan sino que parece poco probable que lleguen.
Fracasar en su empeño podría llevarlos a unas nuevas elecciones en las que el descalabro puede ser aún mayor.
Está por ver el precio que cada cual está dispuesto a pagar en las urnas, en la formación naranja ya han surgido algunas discrepancias significativas que por el momento han solventado con rotundidad; la consigna es no dar respiro a Sánchez, pero hay quien cree que esa postura puede también cortarles el aire.
Estemos atentos, las incógnitas se resolverán en breve, que lo hagan a gusto de todos será otro cantar.
En estos días abrasadores, dos deseos, que sople la brisa y que se produzca la investidura ya.