Condenados a entenderse
El recuento despejó muchas incógnitas; hablaron los castellanos leoneses a través de las urnas y el resultado final arrojó numerosas conclusiones.
Ocho de las 26 candidaturas obtuvieron escaños; resulta muy llamativo que el “farolillo rojo”, PP.CC.AL, sólo recibió 23 votos.
No ganó el PSOE como le hubiera gustado a un Tezanos prescindible empeñado en prepararles a los suyos un plato al gusto fuera de temporada, que más que un reflejo de voluntades reales dio siempre la impresión de ser un fallido intento de “reorientar” a los votantes.
No faltan quienes piensan, ya desde hace tiempo, que tanto su sueldo público, cercano a los cien mil euros, como el elevado coste de sus “sondeos”, podrían eliminarse y dejar que sean las empresas privadas quienes sigan haciendo, con mucho más acierto, las encuestas.
No surtieron el efecto deseado los anuncios de inversiones y ayudas que tan desesperada como interesadamente lanzó el gobierno de Sánchez ya en campaña para lograr un puñado más de votos y su candidato, no tan guapo como el presidente, perdió siete escaños y consumó el naufragio socialista.
Debacle sin paliativos del partido naranja, herido de muerte y condenado a seguir tambaleándose con un único representante, médico por cierto, pero incapaz de contener la hemorragia.
Unidas Podemos vio reducida a la mitad su representación, que ya no era demasiado numerosa; suerte la de su único procurador, que habría perdido el escaño de mantenerse en León, su provincia. Es evidente que Castilla y León no quiere comunismo ni en pintura.
Fracaso sonoro el de varias de las opciones provinciales con las contadas excepciones de X Ávila, que mantiene su escaño, Unión del Pueblo Leonés, abanderados del sueño improbable de convertir a León, Zamora y Salamanca en una nueva autonomía, que multiplican por tres su anterior escaño y SORIA YA, mis paisanos, que merecen una mención especial.
La plataforma ciudadana surgida en 2001 para hacer oír su voz y luchar contra el olvido institucional crónico que con el paso de los años ha convertido a Soria en la provincia menos poblada de España.
Brillante su 42% de votos que los han convertido en la primera fuerza de la provincia y les dan la oportunidad histórica de plantarse en el parlamento castellano leonés con TRES representantes. De trasladarse a unas Generales los porcentajes de ayer, obtendrían uno de los dos escaños en juego y dejarían fuera a los socialistas.
Explosión de VOX, que obtuvo trece escaños y se convirtió en la única opción de pacto para un PP que ganó las elecciones, pese al CIS, pero que vio cómo se desinflaban sus expectativas de precampaña en las que por un momento soñaron incluso con una mayoría absoluta a la que ahora le faltan diez.
Algunos criticaban en campaña que el PP llevaba ya 35 años en el gobierno; los castellano leoneses no han visto en todo ese tiempo escándalos de corrupción como los que “en nombre de la rosa” hicieron otros en el sur y ésa ha podido ser una de las razones para lograr convertirse en la primera fuerza.
Hoy, tras las euforias y los lamentos, parecen decididos a intentar gobernar en solitario, una tarea que parece imposible; sólo hay una posibilidad y todo el mundo debe entender que VOX no es ese demonio que interesadamente se empeña en pintar la izquierda, ni un dragón de siete cabezas, ni un partido separatista, ni un grupo con orígenes en ETA… con los que nadie debería pactar
Los ciudadanos de Castilla y León, libres y soberanos, democráticamente, les han dado casi un 18% de los votos; pese a quien pese, todo apunta a que azules y verdes están condenados a entenderse por el bien de la comunidad.