Andalucía quiere seguir avanzando
Si la historia fuera otra, se podría entender que en un desesperado intento de ganar terreno en las encuestas, con el fin último de movilizar al electorado, el previsible perdedor utilizara cualquier argucia para hacer “morder el polvo” a sus rivales.
Pero la historia es la que es en Andalucía y aunque los electores, en general, somos ligeros de memoria, no existe la posibilidad de obviar lo que vino sucediendo en la comunidad andaluza, durante demasiado tiempo, bajo gobierno de los socialistas.
Generalmente, en campaña, “vale todo”, con tal de arrimar las ascuas a las sardinas propias, desnudando las debilidades de los rivales, señalando todos sus errores y tropiezos y recalcando tanto los incumplimientos de promesas como las decisiones equivocadas y las conductas reprochables.
Pero hace falta ser muy cínico para llamar, reiteradamente y de forma orquestada, como si de un “argumento de campaña” se tratara, “mangantes” a los demás cuando la “mochila” que los tuyos cargan a sus espaldas, perdida ya la fragancia de las rosas que tuvo un día, apesta aún a la corrupción generalizada que durante varias décadas y sin ningún recato, practicaron los tuyos.
La lista de los escándalos de corrupción sería interminable pero nadie ha olvidado los más sonados, Idea, los ERE, los cursos de formación, Mercasevilla, Isofotón, la FAFFE…
Como botón de muestra, sólo por la “rama política” de los ERE, ya fueron condenados 19 ex altos cargos del PSOE, entre ellos dos ex presidentes socialistas de la Junta de Andalucía, por el “reparto irregular” de 679 millones de euros.
La sentencia, una vez revisada por el Tribunal Supremo se dictará después de las elecciones para no “interferir” en el proceso electoral y no “refrescar la memoria” a los andaluces que vieron cómo en lugar de que se destinara una buena parte de sus impuestos a mejorar sus condiciones de vida y dar nuevos pasos para la prosperidad de su comunidad, fueron a parar a una cadena bien engrasada del más descarado amiguismo y del más grande, condenable y sistemático derroche de dinero público.
Seamos serios, el 19 de junio los andaluces se vuelven a jugar su futuro y la opción que predican quienes los gobernaron durante casi cuatro décadas “avance o retroceso” es el peor eslogan que podrían haber elegido.
Es un boomerang contra el electorado que volverá con más fuerza y con aquel olor a podrido que aún sigue en la memoria, contra los lanzadores.
Votarles a ellos sería el retroceso, darles otra oportunidad de volver a las andadas.
Andalucía quiere seguir avanzando y todo apunta a que el Partido Socialista no ganará las elecciones del próximo día 19 de junio en Andalucía.
Quienes tomaron las riendas de la comunidad ya han demostrado que es posible hacer las cosas de otra forma; hastiados de rosas, parece cantado que los andaluces, mayoritariamente, se han decantado por otras “flores” y su soberana decisión quedará reflejada en menos de un mes en las urnas.