Se cumplen 100 años de la concesión del Premio Nobel de Literatura Jacinto Benavente
Para conmemorar el centenario de la concesión del Premio Nobel de Literatura a Jacinto Benavente, quien fue vecino de Galapagar e hijo adoptivo del municipio, el Consistorio ha instalado un monolito con una placa explicativa unido al monumento del autor que ya se instaló en su honor en 1977. Por todo ello y enmarcadas dentro de las acciones previstas en la campaña de difusión “Descubre al Nobel del pueblo”, se ha instalado este recuerdo al ilustre vecino ubicado en la plaza de la Iglesia que surge con la intención de dar a conocer la figura de Jacinto Benavente entre la ciudadanía de Galapagar, sobre todo a las personas que pasean por delante de su monumento sin saber realmente la relevancia internacional de Jacinto Benavente, así como su legado y vínculo con el municipio galapagueño.
En la placa explicativa figura su fecha de nacimiento y fallecimiento; sus distintas facetas artísticas, ya que no se limitaba únicamente a ser un simple escritor, por las que, entre otras cosas, fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura en el año 1922 “por la feliz manera en que ha continuado las tradiciones ilustres del drama español”; y, cómo no, que era amante y vecino de la Villa de Galapagar y su petición de ser enterrado en el cementerio del municipio.
La inauguración de este monolito se ha realizado de mano del alcalde de Galapagar, Alberto Gómez; la concejala de Cultura, Rosa María Encuentra; la presidenta de la ONG Acervo Intergeneracional, Mª Luisa Forniés; y el voluntario de la ONG y diseñador gráfico de la campaña, Francisco Marín.
La anécdota del premiado en 1922, es que Jacinto Benavente nunca llegó a cobrar su cheque por ganar el Premio Nobel de Literatura, y tampoco guardó su galardón de premiado, hecho este que es conocido gracias a que el Archivo Histórico Nacional conserva el diploma y el medallón que le otorgaron en Estocolmo, así como el cheque por valor de 122.482,56 coronas (unos 12.000 euros) que, no se sabe por qué, jamás llegó a ser cobrado y no porque nose lo entregaran.
Se desconoce si fue debido a su holgada situación económica o por el reconocimiento recibido por el público que le animó a no cobrar su premio, lo que es un hecho es que el cheque expedido por el Stockholms Enskilda Bank se encuentra sin cobrar en el Archivo Histórico Nacional.