Neurocirujanos del Clínico trasladan las funciones de un hemisferio cerebral al otro
Un equipo de Neurocirugía del Hospital Clínico San Carlos de Madrid prueba con éxito un sistema para operar tumores cerebrales que se consideran inoperables porque afectan a áreas funcionales que controlan el habla o el movimiento, etc… Los especialistas cambian las funciones de una zona a otra utilizando una manta de electrodos que estimulan el córtex cerebral y con un entrenamiento conductual con neuropsicólogos.
Cuando un paciente es diagnosticado con un glioma, tumor cerebral, y debe pasar por quirófano, el neurocirujano tiene una limitación importante cuando no puede extirpar tejidos que le quiten funciones importantes. Es habitual que un paciente durante su operación quirúrgica no reciba anestesia general para que no se duerma completamente o que se le despierte para comprobar que no se le dañan áreas esenciales.
La extensión de la resección de la cirugía es el factor pronóstico más importante. Sin embargo, las áreas en las que se aloja el tumor limitan la resección y afectan críticamente a la recuperación y pronóstico del enfermo. Por esta razón, este equipo de Neurocirugía se planteó la necesidad de probar la estimulación eléctrica del córtex cerebral, que unido a una entrenamiento psicoconductual vio que se trasladaban las funciones cerebrales de un hemisferio cerebral al otro.
Estimulación con electrodos y entrenamiento conductual
En 2007, Juan Antonio Barcia, jefe de Servicio de Neurocirugía del Hospital Clínico San Carlos, atendió a una paciente con un tumor agresivo alojado en el área del lenguaje. «Nos planteamos si ante este caso tan difícil podríamos trasladar las funciones afectadas por el tumor y operábamos con seguridad después», explica este neurocirujano. Con cinco casos más de pacientes con gliomas alojados en áreas cerebrales con funciones fundamentales a los que han colocado una pequeña manta con electrodos para estimulación continua dentro del cerebro (a nivel subdural) y que además han recibido un entrenamiento intensivo conductual con neuropsicólogos.
La intensidad de la estimulación con electrodos se incrementó progresivamente en todos los pacientes y todos ellos se sometieron a otra intervención quirúrgica una media de 33 días más tarde, cuando el voltaje de estimulación máximo alcanzó todos los electrodos activos.
Entonces se realizó a los pacientes una resonancia magnética y se pudo comprobar que el cerebro había reorganizado sus funciones y que las áreas del tumor permanecían silenciosas. En todos los casos fue posible una resección tumoral bastante más extensa. Esta investigación ha sido publicada en la publicación científica Journal of Neosurgery y firmada por neurocirujanos, radiólogos, neurólogos del Hospital Clínico San Carlos y su Instituto de Investigación (IdISSC), la Universidad Complutense, la Universidad de Educación a Distancia, el Hospital Ruber Internacional. el Hospital Beata María Ana, el Beth Israel Deaconess Medical Center, el Harvard Medical School, el Instituto Guttman, la Universidad Autónoma de Barcelona y el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo.