Y SI DE VERDAD ES URGENTE…
Es cierto que las tecnologías y las comunicaciones, en los últimos 50 años han evolucionado a una velocidad pasmosa. Uno de los objetivos principales es el de facilitarnos la vida, el trabajo, la capacidad de abarcar más y también de estrechar lazos aun habiendo distancias kilométricas, diferencias horarias y hasta espaciales.
La verdad que podemos decir que esa misión está más que cumplida. Pero… ¿Y lo que puede llegar a alterar esto nuestro comportamiento en las escenas más cotidianas?
En la ardua tarea de buscar trabajo, tenemos que ser rápidos, estar en muchas redes a la vez. Actualizarnos a la mayor brevedad posible y con la mayor frecuencia. Estar a la última y demostrar que nos acordamos de todo para lo que aplicamos y en la versión en la que lo hicimos, para que en el momento de la deseada llamada no parezca que hablas sin saber casi ni que estabas buscando algo.
En el ámbito personal, ¿cuántas veces hemos sentido esa impaciencia terrible, ese hormigueo en el dedo o hemos pensado miles de porqués a las respuestas lentas…? Efectivamente, hemos y yo la primera de reconocer que en ese aspecto, las tecnologías y la posibilidad de estar en contacto con alguien a tiempo real y no recibir una respuesta o señal casi inmediata, me ha puesto de muy mala….eso, o muy nerviosa.
Creo que como en todo lo nuevo no éramos tan conscientes de la vulneración de la privacidad y del espacio personal que podemos sufrir con la opción de estar disponibles en cualquier momento. Antes para hacer una llamada había un horario estipulado por el sentido común por el cual no llamabas antes de las 8am ni pasadas las 10pm, pero ahora… No nos llamaremos tanto pero… enviamos o recibimos correos, whatsapps, notificaciones de facebook, twitter, instagram, line, telegram, snapchat y seguro muchos más pibpibpib.
Claro que todo es opcional, en nuestra mano está tener o no estas aplicaciones o formar parte de estas redes sociales, así como del uso muy habitual o no que hagamos de ellas. Pero a lo que voy es a que esa instantaneidad para compartir todo a cualquier hora, hace que nos olvidemos de que esperar, no es malo. Que no se puede tener todo cuando uno lo desea como bebés encaprichados. Que hay que contar con estos canales de comunicación sin que nos afecten de forma negativa y nos hagan olvidar el razonar con lógica.
Si alguien no contesta enseguida será porque no puede, pero cuando pueda lo hará. Que no hay muchas cosas tan urgentes como para que te impidan relacionarte con las personas, nunca mejor dicho en persona. Que cada cosa tiene su momento y su lugar, sobre todo porque todos merecemos un tiempo. No robado, sino prestado. La esencia de todo como decía al principio, es facilitarnos la existencia las relaciones en diferentes ámbitos. Por lo que no exageremos ni nos volvamos (me incluyo) tremendistas cuando tengamos que esperar. Todo llega.
Y si no… ¡uuui no escaparán a la reprimenda! =)
En conclusión, comparte y pregunta, espera y responde sin que ninguna emoción negativa aflore en ti.
Se paciente, consecuente y si de verdad es urgente, llama o manda un SMS.