La jornada de los perdedores
La de ayer es una de esas jornadas electorales que se recordarán durante mucho tiempo; más allá de pasar a las páginas de la historia democrática del país por el rotundo éxito del partido capitaneado por Núñez Feijóo y por la expansión a todo el territorio nacional de las huestes de Abascal, lo hará por haber puesto en evidencia a numerosos perdedores.
Por méritos propios y encabezando el largo listado de quienes más han cargado con la derrota estaría Sánchez, el presidente del Gobierno de España, que pese a pretender, de antemano, restar importancia a los resultados por ser municipales y autonómicas y no elecciones generales, ha participado muy activamente en la campaña.
Ha venido anunciando con carácter semanal medidas económicas gubernamentales con el ánimo de influir directamente en la campaña, se ha prodigado en mítines de su partido por toda la geografía española, ha arropado a los suyos, pregonado los “logros” de su presidencia y descalificado a los dos partidos de la derecha con aquello de que “embarraban la política”, mientras callaba sobre los “turbios” manejos de algunos socialistas sacados a la luz en la última semana, como la presunta compra de votos en varias localidades y hasta la presunta implicación de una figura destacada en un caso de secuestro.
Eran muchos, demasiados por lo que reflejan los resultados, los que estaban impacientes por darse el gustazo de “darle una patada” a él, aunque el culo ayer lo pusiera el PSOE y las cifras así lo atestiguan.
Que lo de ayer fue un hundimiento, un desastre, una debacle, un enorme batacazo, un descalabro, un tsunami, una marea azul…, lo podría decir cualquier observador, pero lo han dicho también algunos de los suyos.
La práctica desaparición de Ciudadanos parecía cantada desde antes de iniciarse la campaña; que Podemos quedara fuera del gobierno de la Comunidad de Madrid y de la Comunidad Valenciana, así como de los ayuntamientos de Valencia y Madrid, era una posibilidad que se ha cumplido, también en el gobierno de Canarias.
Eran numerosos los motivos para no votar a estos últimos y los electores tampoco han querido dejar pasar la oportunidad de hacerles pagar su empeño en modificar leyes sin dejarse aconsejar por quienes más entienden de ello.
Las “hermanas violetas” deben cargar, aunque no lo hayan admitido, con el desastre y en su caída dejan “tocada” a la “magenta”, que pretendiendo estar en misa y repicando, las ha apoyado mientras hacía lo propio con Compromís, En Común… y otras formaciones decididas a integrarse en una “suma” que hoy por hoy no se ha producido.
Fracaso de Revilla, que con el PRC pasa de 15 a 8 escaños y a sus 80 años podrá dedicarse con mayor profusión si cabe a la televisión.
Perdedores Armengol en Baleares, Lambán en Aragón, Puig en Valencia y perdedor, aun siendo el más votado, también Fernández Vara, que ante la posibilidad de un gobierno PP/VOX, ha anunciado su retirada de la política.
Traspié de Colau, que tras dos legislaturas como alcaldesa, pasa a la tercera posición en Barcelona y en el mejor de los casos podría convertirse en primera teniente de alcalde si su grupo se suma a un posible pacto con el PSC y ERC.
Perdedora Maroto superada hasta por los venidos a menos de Más Madrid.
Perdedor “honoris causa” Tezanos por el fiasco de sus “predicciones” con olor a rosa que si lo pretendían no han logrado movilizar a los votantes.
La de ayer es la jornada de los perdedores, de los que no alcanzaron sus expectativas, de quienes se quedaron sin escaño en los ayuntamientos y en las comunidades por sus propios “deméritos”.
Perdedores arrastrados por el abierto rechazo que ha despertado en los votantes quien no ha hecho ascos a pactar con quienes incluyen etarras en sus listas o siguen empeñados en separarse de España; quien lo mismo indulta a golpistas y aligera la malversación, que pone en marcha una ley liberadora de agresores sexuales, quien no hace valer la lengua de todos en todos los rincones de España, ni actúa con contundencia con quienes “okupan” propiedades privadas…
Responsable ése gran perdedor que hoy, “asume” la derrota del PSOE y con el deseo de resurgir de las cenizas nos convoca para que el 23 de julio tengamos la oportunidad de darle la “patada” definitiva; sobran los motivos.