Los cambios despiertan a Bélgica
Bélgica 2-1 Argelia
La Bélgica de Mark Wilmots se estrena con una victoria algo sufrida contra Argelia después de tener que remontar un tanto de Feghouli que adelantó a su país desde los once metros en la primera mitad. El entrenador de los Diablos Rojos se sacó el AS de la manga cuando su equipo no tenía ideas ni frescura en el terreno de juego. Fellaini y Mertens, que entraron en la segunda mitad, le dieron la victoria al conjunto europeo.
Belo Horizonte acogió el primer encuentro del grupo H en el cual se enfrentaba la joven Bélgica y la sorprendente Argelia. Los Diablos Rojos salieron al terreno de juego con todas sus estrellas y para dar a conocer su fondo de armario, Wilmots dejó en el banco a jugadores de la talla de nombre Fellaini, Mertens, Vermaelen o Januzaj. Por su lado, Vahid Halilhodžić dejó en el banquillo a «nuestros» conocidos de la liga española, Yebda, ex del Granada, Lacen y a Yacine Brahimi.
Desde los primeros minutos, la selección argelina que Bélgica partía como favorita, pero a pesar de ello, los Zorros del desierto apretaban con uñas y dientes a la zaga del equipo europeo. Los centrales de Argelia no le dejaban ni un espacio a Romelu Lukaku, que se sintió acosado.
Argelia intentaba dormir el partido, viendo la superioridad de sus rivales, y todo le salía a la medida. La Bélgica que enamoraba a todo el mundo en la fase de grupos, no se encontraba demasiado cómoda. De hecho, la primera gran oportunidad de los Diablos Rojos llegó gracias a un disparo lejano con mucha potencia de Witsel que sirvió para probar al guardameta Mbolhi.
En el minuto 25, llegó el primer gol de la tarde, una internada de Feghouli desde su banda, la defendida por Verthonghen terminó en un penalti por agarrón del belga sobre el propio Sofiane. El valencianista convirtió el lanzamiento desde los once metros y puso por delante a la selección africana.
Una Bélgica perdida, con un desconocido Lukaku, y con tan sólo Axel Witsel tirando del carro. Muy pocas ocasiones claras, dos tiros lejanos de Witsel, una falta directa de Verthonghen y una de Romelu Lukaku que fue se llorando hacia la portería de Mbolhi. Hazard empezó a desengrasar la máquina en los últimos minutos de la primera mitad para cambiar el chip de su selección.
La segunda parte comenzó con cambios. Mark Wilmots dio minutos a Mertens que entró en lugar de Chadli. De nuevo fue Witsel el primer jugador en tener una ocasión por parte de los belgas, después de una mala salida del guardameta argelino en un córner botado por Mertens.
Le hacía falta algo más a Bélgica. Casi iba a llegar el segundo de Argelia por medio de Medjani, pero su cabezazo se marchó por unos centímetros de la portería. Un Lukaku que sólo se movía por la sombra abandonó el terreno de juego y en su lugar entró Origi, una promesa de tan solo 19 años.
Por último, y con poco tiempo para remontar, Wilmots dio minutos a Fellaini que entró en el lugar de Moussa Dembele. Le salió perfecta la jugada al entrenador de los Diablos Rojos. Después de unos minutos, Fellaini iba a poner el empate en el marcador después de cabecear un balón cerrado colgado al área que vino de las botas de Kevin De Bruyne.
Bélgica acechaba al rival. Vahid Halilhodžić introdujo unos cambios en la plantilla de Argelia y desestabilizó el centro del campo que se vio inferior al de los belgas. Coincidieron los mejores minutos de los europeos, con los peores de los africanos y gracias a ello, una contra de libro acabó en un espectacular tiro de Mertens, que al igual que Fellaini entró en la segunda mitad. Wilmots acertó con los dos cambios.
Con el 2-1 ya en el bolsillo, Bélgica estuvo sólida en defensa y Argelia no daba para más, se confirmó que los Diablos Rojos son vitales a la contra.
Jakub Wilmanowicz / @Kuba4pl