Etapa 1: Rohan Dennis, primer amarillo
Necesitábamos al menos ilusionarnos porque, cada verano, hay un día que nos sentimos así. El último año, también ocurrió y acabamos por despedirnos de la ilusión según iban chocando con el suelo. Por eso, los focos y los anhelos de los propios ciclistas han ido centrando su opinión en no perder este asunto que llega a sus 102 años.
Lo hizo ayer con una contrarreloj Utrech-Utrech de 14 kilómetros que será la mejor y la peor de este año: será la única de hecho. A partir de aquí, todo suena a montaña. Incluido lo de ayer con ese final que tendía hacia arriba como quien avisa lo que llegará.
Si nos prometieron que todo estaría igualado durante la carrera, así fue de inicio. Los favoritos se colocaron en 20 segundos siempre y cuando ampliamos el asunto a que haya ocho y no cuatro, que es lo estipulado. El mejor de los llamados a tocar la cumbre parisina fue Vincenzo Nibali.
Y eso que el maillot amarillo no da alas. El GPS, el salir en la primera etapa sin ir de amarillo, la novia de la playa, todo se nos acaba cuando maduramos en verano. El mejor de los favoritos fue Thibaut Pinot que marcó 15′ 37″ en meta. El peor, en cuestión fue Nairo Quintana que paró el crono en 15′ 57″.
Lo de la cuestión viene por pensar que el peor especialista, en teoría, ante el reloj solo perdiera 3 segundos con Contador, 9 con Froome y 18 con Nibali. Lo que rondará, morena, será la otra lucha contra el crono que el Movistar ha marcado como un día clave, para la que ha manadado tres contrarrelojistas que lucharán por la victoria. Habrá tiempo de contar lo que pasará, mientras tanto contaremos lo que pasó.
Lo que pasó es que, plagadas las calles holandesas, el circuito vino a ser para los especialistas una especie de GP de Mónaco para los pilotos de Fórmula 1. Rozaban las vallas, rompían manillares, dejaban rebufo y destilaban calidad.
El premio gordo del día, en una ciudad ciclista por excelencia en la carrera ciclista por excelencia, fue para Rohan Dennis del BMC. Rohan lleva tiempo siendo una realidad del ciclismo veloz y si contamos que pasa bien la montaña y tiene 25 años, diremos que hay corredor para rato.
El australiano se llevó todos los maillots posibles. Tras él, se situaron Tony Martin y Fabian Cancellara, dos nombres propios que algún día fueron lo que ayer fue Dennis. De ese modo, quedó levantado el teatro de los sueños que culmina en París. No volveremos a llamar a los puntos intermedios, a los GPS que rompieron nuestros sueños y por lo tanto, nos queda esperar, a que la novia veraniega nos agregue al Facebook. Mientras tanto, dormiremos contando ciclistas.