Al enemigo, ¡ni agua!
En el día de hoy, el “doctor” Pedro Sánchez, designado candidato a la investidura por el rey Felipe VI, ha mantenido reuniones con Pablo Casado e Inés Arrimadas, en lo que parece ser más un “paripé” de cara a la galería que un deseo real de llegar a cualquier tipo de acuerdo entre los partidos constitucionalistas, que excluya de cualquier otra negociación, no sólo a los separatistas catalanes que presumen haberlo puesto de rodillas, sino a su socio “prioritario”, Unidas Podemos, izquierda radical y comunista, demasiado contemporizadora con las exigencias de los que quieren independizarse de España.
Además, ¿en qué cabeza cabe que ahora Pedro Sánchez, siempre fiel a la palabra dada, se pueda volver atrás en sus acuerdos sospechosamente preelectorales con Pablo Iglesias y le diga al de Unidas Podemos… “mira, verás, es que lo de las carteras para ti y tu mujer no puede ser, que mejor me “ajunto” con Casado y Arrimadas”.
No lo hará, porque ambos siguen manejando demagógicamente la ensoñación de un gobierno “progresista”, como si ese hipotético gobierno social-comunista fuera el paraíso con el que hemos estado soñando los españoles durante las últimas décadas.
No se aprecia en sus gestos ningún tipo de interés en conseguir que tanto PP como C´S le den la investidura, porque abiertamente hace tiempo que se ha echado en los brazos del antiguo rival reconvertido en su socio prioritario.
Al parecer ya ha asimilado que aunque le pueden dar muchas “noches de insomnio al 95% de los españoles”, existen remedios médicos para que él pueda lograr conciliar el sueño.
No se puede jugar con dos barajas y hacernos ver “por mí que no quede, he intentado un acuerdo con los constitucionalistas”, mientras asistimos a la vergonzante escena diaria de sus más próximos pidiendo, casi por caridad que se abstengan o den su “sí”, con “S” de separatista, a los diputados de ERC, abiertamente empeñados en la autodeterminación de la comunidad autónoma de Cataluña.
Ni algunos de sus líderes autonómicos más destacados entienden que el “bailarín” Iceta, sea tan abierto a la hora de elegir “pareja de baile” y, después de su polémica por las ocho o nueve naciones que dice ver, asegure ahora, al ritmo de “Sexo en Nueva York” que “va a hacer todo lo que haga falta” para lograr que ERC, por activa o por pasiva haga presidente a su jefe.
Ni se entiende que Maricarmen Calvo, aplaudida ahora como la “exhumadora” por la presidenta del Congreso hable de “producir nuevas leyes”, en plena negociación con quienes tienen a algunos miembros de sus partidos condenados por saltarse las existentes.
Ni es de recibo que su Secretario de Organización y ministro de Fomento en funciones, José Luis Ábalos, pida a los separatistas de ERC un acuerdo urgente “antes de que se frustre”, como si se tratara de una oferta de Mercadona que tiene señalada fecha de caducidad.
Teniendo en cuenta que no es necesaria la receta de un “doctor”, vayan haciendo acopio de vaselina porque la “premonición” de Emiliano García-Page podría hacerse realidad en breve y acabar afectándonos a todos.
Y hasta entonces, si antes no se impone la cordura mínima exigible ante una situación tan delicada como ésta, todo apunta a que serán, sí o sí, los separatistas quienes decidan el éxito de la investidura y la formación de un gobierno del PSOE con comunistas venidos a menos, nada de ayudas inmerecidas, al enemigo, ¡ni agua!.