En la casilla de salida
La Comisión Permanente de la ejecutiva federal del PSOE ha decidido hoy mismo, por unanimidad (el que se mueve no sale en la foto) el planteamiento de que Pedro Sánchez forme gobierno monocolor este mismo mes de julio, tal y como ha venido repitiendo para quienes hayan querido escucharlo y para quienes en estas noches cálidas que nos han tocado en suerte, hayan llegado a soñar con carteras y ministerios.
Han acordado también un documento de “gobierno de colaboración”, que haga posible el apoyo de Unidas Podemos, sin entrar en el reparto de carteras ministeriales pero obteniendo a cambio de sus 42 apoyos, algunos puestos de segundo nivel en la Administración, que de eso andamos sobrados y si fuera necesario, se crean más, por el interés general y el bien del país.
Sigue en pie la posibilidad de que Pablo Iglesias, con el que se reunirá mañana, proponga candidatos “independientes”, vamos, que no estén vinculados al conglomerado morado, aunque la última palabra para ratificarlos como idóneos para alguna de las carteras la seguirá teniendo el “doctor”, que para eso es el jefe.
Cuando se intente la investidura habrán transcurrido casi tres meses desde las elecciones y no es un secreto que el partido ganador con sus 123 escaños, a día de hoy ni las tiene todas consigo, ni parece importarle demasiado, más desde que el último barómetro del CIS les “prometiera” casi un 40% de los votos si se produjera una nueva convocatoria a las urnas, lo que traducido en escaños, de cumplirse esa “predicción” electoral, podría significar casi 150.
Al tiempo, otras encuestas reflejan que la mayoría de los españoles no quieren verse obligados a tener que ir de nuevo a votar y desean que los distintos jugadores muevan sus fichas por el tablero y acaben con la provisionalidad de un gobierno en funciones y renueven a Sánchez como inquilino de La Moncloa para una buena temporada.
Tanto por mayoría absoluta, algo impensable, como por más votos a favor que en contra, de haber ganador, sólo puede ser Sánchez y por más que Iglesias hable de la “flexibilidad” de su postura y de su deseo de “negociar ya”, casi todo está atado y no es previsible que le den la más mínima posibilidad de cambiar el guión escrito por el PSOE.
PP, C´S y VOX, metidos de lleno en sus propias “guerras autonómicas”, siguen manteniéndose en sus trece y parece seguro que darán el más rotundo de los “NO” a Sánchez, haga lo que haga, diga lo que diga y prometa lo que se le antoje prometer.
Salvo sorpresas en las negociaciones que comenzarán con el líder de Unidas Podemos y continuarán con otras formaciones, a excepción de C´S que no acudirá, ni VOX, que no será invitada, hay grandes probabilidades de que en esta ocasión a Sánchez no le será nada fácil aprobar la investidura “cum laude” y estará obligado a repetir en septiembre.
Cuando el verano esté a punto de terminar, es previsible que todos los participantes del “juego” sigan aún en la casilla de salida.